viernes, 10 de mayo de 2013

Lugar idílico cargado de adjetivos


Siempre me ha gustado el agradable olor de las bonitas olas, y la suavidad de la arena.  En toda mi maravillosa vida he asociado  la sabrosa playa a dulce tranquilidad, ricas vacaciones, cremoso verano y salada diversión. Pero aún más maravillosa me parece la sabrosa playa de mis lujosos sueños. La sabrosa playa de mis lujosos sueños es mi propia y enorme playa, yo soy la hermosa dueña que elige quién pasa y quién no. Obviamente es mía porque mi enorme casa está justo en  la amplia orilla, la cual está vallada por gigantescas palmeras. Además mi larga piscina, casi rozando el bonito mar ocupa bastante rocoso pero suave terreno. Nunca se juntarían la salada agua del mar con el de la dulce piscina ya que hay cristaleras transparentes de gran grosor delimitando las azules aguas.  Suelen haber divertidas fiestas con cálidas hogueras en la suave orilla.  El mariscal sulfuroso prohibió todas esas divertidas fiestas debido a que la enérgica música que se ponía nunca le gustó. 

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