martes, 30 de abril de 2013

Lectura de textos, ¿será suficiente?


En el aula se está encontrando las numerosas carencias que tienen los alumnos de procesar textos, entendiéndolos a veces de forma errónea. A veces esto se camufla ya que se copian los textos tal cual.
Los docentes deben centrarse en este tema lingüístico tan importante. El lenguaje es sumamente importante en múltiples campos. Cada nivel de educación tiene que formar a sus lectores de acuerdo con las exigencias y las expectativas de ese nivel.
Leer debería producir una transformación del conocimiento y no una mera reproducción. Leer los textos de estudio implica una actitud diferente a la de leer simplemente, requieren un aprendizaje específico. Esta distinción debería comenzar lo más tempranamente posible. La literatura infantil no basta. La lectura debe ser una interacción entre texto y lector. Hay textos con grandes obstáculos para los alumnos, y también influyen los tipos de textos en el entendimiento del alumno. No nos centramos en estos obstáculos sino que nos centramos en el contenido. Hay que poner solución a esto y por ello hay distintos métodos y técnicas como evitar los cuestionarios de contenido y remplazarlos por cuestionarios de proceso, pero sobretodo crear situaciones de preparación para maestros y profesores de todas las áreas.

martes, 2 de abril de 2013

TAREA 3: LA GRAN ZANAHORIA


Esta es la historia de la planta herbácea umbelífera con flores blancas y púrpuras en el centro, de fruto seco y comprimido, y raíz gruesa de color naranja que se utiliza como alimento más grande del mundo. Ya se ha contado de muy distintas maneras, pero para mí las cosas sucedieron así.

Una vez un persona que cuida y cultiva una huerta plantó zanahorias. Las cultivó como es debido, hizo todo lo que había que hacer y, en la estación adecuada, fue al huerto y empezó a sacar las zanahorias de la tierra. En un determinado momento encontró una zanahoria más gruesa que las otras. Tiraba y tiraba y no salía. Probó de cien maneras, pero nada... Por último tomó una decisión y llamó a su mujer.

—¡Giuseppina!
—¿Qué quieres, Oreste?
—Ven un momento, hay una maldita zanahoria que no quiere salir de la tierra. Lo ves, mira...
—Parece gorda de verdad.
—Vamos a hacer una cosa: yo tiro de la planta de la zanahoria y tú me ayudas tirando de mi chaqueta. Agarrados, vamos... ¿Preparados? ¡Tira! Venga, al tiempo...mano porque
—Será mejor que te tire de un  miembro superior del cuerpo humano que va desde el hombro a la mano  porque la chaqueta se desgarra.

—Tira del brazo. ¡Fuerte! ¡Nada! Llama también al chico... ¡Me he quedado sin aliento!
—¡Romeo! ¡Romeo! —llamó la casada,con relación al marido del hortelano.
—¿Qué quieres, mamá?
—Ven un momento. Corre... Hay una zanahoria que no quiere salir. Yo tiro de este brazo de papá, tú tiras del otro, papá tira de la zanahoria y vamos a ver qué pasa...
El hortelano se escupió en las  extremidades del cuerpo humano que va desde la muñeca hasta la punta de los dedos.
—¿Estáis listos? ¡Animo, adelante! ¡Tirad! ¡Venga, sube, sube! Nada, no viene.
—Esta debe ser la zanahoria más grande del mundo —dijo la Giuseppina.
—¿Llamo también al  respecto de una persona, padre o madre de su padre o de su madre?
—Anda, llámale... —dijo el hortelano—. Yo ya estoy sin aliento.
—¡Abuelo! ¡Abuelo! Ven un momento. ¡Y date prisa! Es la zanahoria más gorda del mundo
 —¿Nos echas una mano?

—Os echo incluso dos... ¿Cómo hacemos?
—Vamos a hacer así —dijo Romeo—. Usted me coge de un brazo y tira, yo tiro de un brazo de mi padre, mi madre tira del otro, papá tira de la zanahoria y si ahora no sale...
—De acuerdo —dijo el abuelo—. Esperad un momento.
—Pero ¿qué hace?
—Apoyo la pipa en esta sustancia mineral más o menos dura y compacta que no es terrosa ni de aspecto metálico. Ya está. No se pueden hacer dos cosas a la vez. O fumar o trabajar. 

—Ay... ¡socorro!
—¿Qué le ha pasado, abuelo?
—¿Pues no ves que me he caído al terreno en que viven o pueden vivir las plantas? Me he resbalado, eso es. Y además me he sentado sobre la utensilio para fumar tabaco picado...
El pobre viejecito se había quemado la parte trasera de los  prenda de vestir con dos perneras que,generalmente,cubre desde la cintura hasta los tobillos.



TRABAJO DE LOS LAZARILLOS: